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sábado, 23 de agosto de 2008


Ya es hora de partir



Se aleja de ti aquella que pensaste
sombra sempiterna.
Se aleja sin que te percates
de la sima que,
implacablemente, os distancia.
Inconmovible sonríes;
la certidumbre ofusca tu entendimiento.
Tan irrefutable juzgaste su lealtad
que te abonaste al silencio
y ni una palabra blanca tributaste
a la pasión que languidecía.

Se marcha.
Llueve en su mirada
y las tormentas truenan en sus manos.
En la boca los besos que despreciaste; dormirán eternamente.
Suspira.
Sin volver la mirada, suspira.
Y el aire abrasa el jardín de su pecho.
En el corazón las flechas a dolores se desprenden
dejándolo en carne viva.
El reloj tritura los minutos mientras ella, cada paso más ágil, salmodia al olvido.

A lontananza divisa tímida la luz y una dama, de verde vestida, le muestra el principio del fin; alumbrándole la salida.

Ya es hora de irse...
aunque siempre te lleve en mi corazón.




( Trini Reina)